El membrillero japonés desafía al frío
El membrillero japonés es un arbusto caducifolio que puede alcanzar los 2 metros de altura y es originario del Este de Asia aunque bien adaptado al clima del norte de Europa.
Es en esta época del año, cuando más frío hace, que nos muestra toda su belleza cubriéndose de flores. Llama verdaderamente la atención ver sus ramas desnudas, sin hojas y con muchas espinas exhibiendo un manto rojo de flores.
Otra curiosidad que tiene este arbusto son sus frutos que son muy parecidos a manzanas pequeñas, de unos 5 cm de diámetro, de color amarillo, muy aromáticos y con un alto contenido en zumo y en fibra. Estas «manzanitas» son muy ácidas para ser consumidas en fresco aunque sí pueden consumirse procesadas, por ejemplo, en mermeladas o compotas.
Debido a sus espinas se puede aprovechar como arbusto defensivo para crear una muralla, un límite o un cerco.
Su multiplicación se puede hacer por esquejes o acodos en primavera y es necesario abonarlo una vez al año para ayudar a su floración, ya sea en otoño o al final del invierno.
Sus flores se pueden apreciar en primavera y también en otoño e invierno. Una vez acabada la floración es importante realizar una poda para fortalecer la planta y darle una forma bonita.
Si cuentas con un rincón soleado en tu jardín, esta planta es una buena elección. Necesita pocos cuidados, no es exigente en cuanto al tipo de suelo aunque no le gustan mucho los calcáreos y requiere de un buen drenaje. Por lo demás, se conforma con un riego unas dos veces a la semana, es resistente a plagas y enfermedades y soporta bien el frío.