Lavanda: no sólo para perfumar
La lavanda es una especie fácil de cultivar y que no le teme al frio.
Es una planta muy apreciada por su aroma pero también tiene propiedades medicinales.
Lavanda y sus propiedades
- Insomnio: Infusión de 8 gr. de lavanda por litro de agua.
- Fiebre: Infusión de 20 gr. de lavanda por litro de agua.
- Esguinces: Emplasto junto con romero y tomillo.
Al igual que las flores del clavel de la India y la menta, las flores de lavanda resultan ser muy molestas para los insectos por ello se utiliza en los huertos como ahuyentadora de insectos, consiguiendo así que éstos se alejen de las hortalizas.
Aunque su uso más habitual es el de perfumar los armarios al igual que otras hierbas como los clavillos, la hierba luisa, los pétalos de rosa y la menta. Para ello, se conservan en manojos colgados boca abajo en lugares frescos y ventilados hasta que se sequen. Una vez secas, sus flores se introducen en bolsitas de tela y se colocan en armarios y zapateros como desodorante de ambiente.
Cultivo de la lavanda
En cuanto a su siembra, por semilla es un proceso largo y tedioso ya que en junio se sembraría en semillero y pueden llegar a tardar meses en brotar. Al año siguiente, en primavera, se transplanta.
Otro método más rápido es hacer acodos y esquejes manteniendo la humedad para que formen raíces.
Ornamentalmente se asocia bien con el romero, ambas hierbas son perennes y alcanzan un metro de altura.
Exige un emplazamiento soleado y prefiere suelos con buen drenaje. En cuanto al riego, soporta muy bien la sequía y es poco exigente en cuanto a suelo, adaptándose muy bien a suelos pobres aunque sueltos.
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