Un huerto en la arena

¿Te imaginas un huerto en la arena a escasos metros de la playa? ¿Crees que es posible?

A través de este artículo te voy a contar cómo nuestro amigo hortelano Gastón lo ha hecho posible.

Gastón nació hace 30 años en la ciudad de Montevideo, Uruguay, donde residió hasta hace dos. Cambió la gran ciudad por el Balneario Jaureguiberry, lugar donde vive actualmente. Este arenal de 1.000 hectáreas está situado al sureste del departamento de Canelones, sobre las costas del Río de la Plata y el margen del arroyo Solís Grande.

Si creías que cultivar zanahorias, cebollas o patatas era fácil sólo en una tierra suelta y blanda… Si no se te da bien lo de aporcar los puerros o preparar los tutores para los tomates…  A partir de ahora te quejarás menos sabiendo que hay alguien que además de tener que realizar esas labores, se tiene que enfrentar a la dura tarea de sacar adelante un huerto en un sustrato nada convencional: la arena.

Gracias a los Cherry

Hace 5 años empezó su andadura en la horticultura plantando sobre una tierra muy buena del jardín de su antigua casa.

Lo primero que había sembrado eran tomates Cherry a los que les está muy agradecido porque le hicieron saber que le encanta producir su propio alimento.

Gastón recuerda que esas tomateras habían crecido tanto que eran más altas que él ¡y eso que su estatura es de 1,82 m!

Los tomates Cherry fueron un antes y un después en su vida porque lo acercaron a la experiencia del huerto, algo que lo llena de satisfacción y lo hace muy feliz.

¿Y por qué un huerto en la arena?

No es un experimento de la NASA ni tampoco un capricho. Es simplemente una necesidad.

Gastón vive en un lugar cuyo suelo está compuesto por arena de playa. Podría haber cultivado en macetas pero prefirió hacerlo directamente sobre la arena.

Para ello utiliza una técnica propia en la que elabora una fórmula de sustrato que, como en un principio le dió buenos resultados, siguió repitiendo, ajustando y mejorando para la preparación de sus bancales.

La preparación de un bancal

• Primero marca el tamaño del bancal con unas tablas de madera que servirán de soporte y límite.
• Después quita aproximadamente unos 70 cm de arena del interior de ese cuadro.

• Rellena ese hueco mitad con hojas secas de acacia y mitad con restos de verdura y fruta. Añade cáscaras de huevo, cenizas de pino y de acacia, gallinaza y restos de podas. Además aprovecha e incorpora diente de león que crece espontáneamente en la arena.

• Pone parte de la arena extraída y la mezcla con los restos vegetales y el abono.

• Por último incorpora una capa de corteza de pino a modo de acolchado para conservar la humedad.

• Para que esta fórmula funcione, lo riega cada 3 días, aproximadamente, para así poder conservar la humedad óptima.

Y ahora toca esperar a que esta mezcla repose y madure convirtiéndose en un buen sustrato para las plantas.

Pasados tres meses ya está en condiciones para poder sembrar y plantar. Aunque al mes ya se atreve a poner unos rabanitos y lechugas que son menos exigentes.

Y ¡funciona de maravilla! Para muestra esta impresionante sandía cosechada en este huerto en la arena.

Como ha tenido éxito con este novedoso sistema quiere mejorarlo. Próximamente incorporará la carga de un camión de tierra para añadir al menos unos 30 cm de tierra por bancal.

¿Cómo influye la sal del mar en el cultivo?

Lo más notable es la cantidad de agua dulce que se necesita para regar.

Para que los cultivos sean viables, necesita regar todos los días y, en los días muy calurosos de verano, dos veces al día.

Y dice Gastón al respecto:«…Pero no me quejo porque me gusta hacerlo y siempre lo hago escuchando música así que se convierte en una tarea relajante…».

Actualmente, su objetivo es ser autosustentable y aunque cree que aún le falta mucho por aprender, tiene fe en que lo va a conseguir. 

A ‘Gastón y su huerto en la arena’ lo puedes encontrar en Instagram como @gastonpato25 . Allí podrás acompañarlo en esta aventura y podrás ver sus cosechas, como las que hay en las siguientes fotografías.

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