El brezo, un arbusto que florece en invierno
El brezo (calluna vulgaris) también es conocido con los nombres de brecina, calluna, argaña, biércol, mogariza, bermeja, querihuela, etc.
Proviene de Europa y Asia Menor y, aunque hoy en día la podemos encontrar por todo el mundo, prefiere los climas frescos y húmedos y los suelos ácidos.
En la Península Ibérica, crece en llanuras, laderas y, en general, en tierras no calizas formando mantos de colores. Resulta muy habitual encontrarlo donde crecen pinos ya que éstos aportan acidez al suelo y eso es justo lo que el brezo necesita.
El brezo es un arbusto perenne y enano que puede llegar a tener una altura de hasta 70 cm aunque cultivado en macetas se puede controlar su tamaño.
Crece en los bosques y en las montañas con suma facilidad y debido a su densidad sirve de cobijo a los pequeños animales silvestres.
Es muy bella para adornar jardines y se utiliza con frecuencia para realizar centros florales.
Sus flores, que alegran el otoño y el invierno, pueden ser de color rosa, rojo, moradas, amarillas o blancas. Indistintamente del color que sea, florece desde junio hasta diciembre, dependiendo de la variedad.
El brezo y sus cuidados
- Lugar: Hay algunas variedades de brezo de interior. Aunque, en general, la mayoría prefieren estar en exterior, incluso en invierno, situándolo en semi sombra o al sol. Es conveniente plantarlo en grupo y lejos de otras plantas ya que es un arbusto invasor.
- Suelo: Es exigente en cuanto al ph del suelo que lo prefiere ácido. Esto se puede conseguir con un acolchado a base de corteza y acículas (hojas) de pino que, además, le ayudará a mantener el sustrato húmedo.
- Riego: Regular, manteniendo la tierra húmeda pero no encharcada. Es importante que el agua sea blanda y no contenga cal.
- Floración: según la especie, puede florecer en invierno y en verano.
- Podas: En primavera para mantener su forma.
- Abono: Utilizar abono para plantas acidófilas.
- Reproducción: Por esquejes en los meses de agosto y septiembre y también por acodos.
La miel de brezo
Resulta imprescindible mencionar la miel de brezo que, además de su sabor tan peculiar es un elixir de salud.
La miel de brezo es una de las mieles más ricas, intensas y apreciadas por los consumidores de mieles.
Es de tonalidad oscura, de consistencia espesa y de sabor menos dulce que otras mieles, como la mil flores, pero con marcada personalidad que la convierten en una miel inconfundible.
Las abejas que liban sus flores producen una miel más pura y menos contaminada ya el brezo crece de forma natural en los bosques y zonas montañosas alejadas de las urbes.
Cuenta con numerosos beneficios para la salud. Entre sus propiedades destaca como desinfectante, diurética, es rica en minerales y ayuda en los problemas digestivos y cardíacos.
En uso externo se utiliza para curar heridas y eczemas y en enjuagues para aliviar las encías inflamadas.
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