Diente de león para la circulación y la digestión
El Diente de león (Taraxacum officinale) es una planta muy popular que crece en casi todos los sitios.
¿Quién no ha soplado su pelusilla, alguna vez, para hacer volar sus semillas?
Es imprescindible advertir que la debemos recoger de lugares poco contaminados, limpios y fuera del alcance de los animales. Lo ideal sería que la cultiváramos nosotros en nuestro jardín.
Cómo es el diente de león
El nombre diente de león se debe a la forma dentada de sus hojas que recuerdan a la mandíbula de un león.
Sus hojas arrancan directamente de la raíz y al cortarlas derraman un líquido blanco lechoso.
Las flores son amarillas y muy vistosas y las semillas se dispersan con el viento.
Cultivo del diente de león
Es una planta poco pretenciosa que crece en cualquier lugar como prados, campos, descampados, huertos, jardines, parques, etc.
Florece casi todo el año.
Se utilizan sus hojas y sus raíces.
Cuando se recogen sus raíces hay que dejar que se sequen bien en un lugar fresco y seco para posteriormente poder conservarlas adecuadamente.
Propiedades del diente de león
Esta planta maravillosa contiene aminoácidos, enzimas, vitaminas y otros principios útiles para estimular y mejorar el buen funcionamiento celular y metabólico.
Preparada en infusión beneficia al sistema circulatorio y el digestivo.
Tiene propiedades como aperitivo, depurativo, diurético y colagogo.
Si se toma antes de las comidas estimula el apetito por lo que se recomienda para la falta de apetito y también para la anorexia.
Como digestivo y tónico estomacal se usa para aliviar digestiones lentas y pesadas. También para problemas de estreñimiento causados por insuficiencias hepáticas debido a que su raíz contiene principios laxantes.
Se usa para la insuficiencia hepática, cálculos biliares y de riñón porque ayuda a la secreción de bilis. Como tratamiento preventivo de cálculos renales y también para su posterior disolución.
Como diurético y depurativo se aconseja la toma de infusiones para la retención de líquidos. También facilita la eliminación de sales en la orina y la desinfección de la vías urinarias.
Para fortalecer el corazón porque depura la sangre y disminuye los niveles de ácido úrico y colesterol. Como depurador también se aconseja para los eczemas, erupciones, forúnculos y dermatitis en general.
También ayuda para los nervios, la gota, la artritis y la celulitis.
Formas de preparar el diente de león
Sus hojas frescas se pueden preparar en ensalada y también en zumos. Sus hojas frescas en vez de secas, actúan con mayor rapidez sobre el sistema circulatorio.
Las infusiones de diente de león contribuyen a disolver los cálculos biliares y es, además, un reconstituyente para el hígado.
Infusión con raíces secas: se usan a razón de 1 cucharada sopera por taza tres veces al día.
Infusión de hojas: 2 cucharadas de sus hojas, se hierve, se deja reposar 10 minutos y se toman 2 tazas al día.
Su raíz seca y tostada se puede mezclar o sustituir al café.
Mezclada con otras hierbas:
Infusión depurativa: 1 vez al día 1 cucharada de cola de caballo, ortiga, diente de león y fumaria a partes iguales.
Contra la anemia: infusión con 1 cucharada de diente de león, ortiga y berro porque las tres son ricas en hierro.
Para los riñones y el sistema urinario: Se pueden tomar regularmente infusiones de diente de león mezclado con gayuba ya que ambos son activadores renales.
Y recuerda que:
- Es conveniente acostumbrar poco a poco nuestro organismo a cualquier cambio en la alimentación, incluídas las tomas de infusiones.
- Aunque las propiedades de la malva te pueden ayudar contra ciertos dolores y malestares, lo mejor es que consultes a tu médico y/o farmacéutico.
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Bibliografía consultada:
– Las 40 plantas medicinales más populares. Alfredo Ara Roldán. Editorial Edaf.
– Plantas medicinales. Propiedades curativas. Albor Libros.
– Usos tradicionales de las plantas. Antonio Vega. Ediciones i.
– Cómo curan los alimentos. Miguel Ángel Almodóvar. RBA.