¿Conoces el Pepinillo del Diablo?
Seguramente has pasado por al lado de un pepinillo del diablo y no has reparado en él.
Hacía tiempo que no me topaba con esta planta que, si se demostrara que las plantas son inteligentes, ésta seguro que tendría un coeficiente intelectual por encima de la media.
Estamos hablando del Pepinillo del Diablo, una planta con origen mediterráneo, cuyo nombre científico es Ecballium elaterium.
¿Y qué tiene de particular esta planta que crece a las orillas de la carretera, en cunetas, escombreras, descampados y en cualquier otro sitio inculto?
La originalidad de esta planta son sus frutos y su forma de dispersar sus semillas.
Su fruto ovoide, de unos 5 cm de largo, va creciendo e hinchándose hasta el punto de que cuando tiene mucha presión en su interior explota y expulsa sus semillas a varios metros de distancia y a gran velocidad.
Cuando su fruto está lo suficientemente maduro el más mínimo roce sobre él lo hace estallar y puede ser peligroso estar en su camino.
No es conveniente que los niños jueguen con esta planta no sólo por el efecto de «golpe» que puede producir el chorro de semillas sino también porque es una planta altamente tóxica.
Propiedades del Pepinillo del Diablo
En la antiguedad, se la utilizaba para adelgazar, como purgante fuerte, como diurético y contra la cirrosis. Actualmente no se aconseja su uso ya que puede producir hemorragias y transtornos renales graves e incluso en altas dosis causar la muerte.
Pero como no estamos pensando en comerla lo que sí podemos probar la próxima vez que nos encontremos con ella es rozar su fruto con un palo largo. Por seguridad, nos colocaremos en dirección contraria a la que apunte su fruto. Y en el momento en que rocemos su fruto comprobaremos por qué la llaman Pepinillo del Diablo.
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